Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

"Probervios y Cantares" (Antonio Machado)

martes, 21 de diciembre de 2010

WIKILEAKS

En los últimos tiempos se ha dado un paso hacia adelante en el desarrollo de la libertad de expresión y de información. El siglo XX ya empezó a serlo, y el siglo XXI lo superará sin lugar a dudas, destacando por ser la era de los “mas media” y la era de la “información”. Y no creo que nos equivoquemos mucho si apuntamos las conexiones entre el poder, la sociedad, la cultura, el desarrollo y la información. En el mundo de la política, la economía, las relaciones exteriores, la empresa, en todas partes, tener o no la información correcta, o simplemente tener cierta información, puede hacer que sea un éxito o un fracaso. El conocimiento de un cierto hecho puede provocar una dimisión, un crack en la bolsa, la desaparición de un grupo empresarial, etc.
En los últimos tiempos está en boca de todos la aparición de un fenómeno mediático nuevo. Estoy hablando de “wikileaks”. De actualidad no solo por la información que aporta, sino también por las mutuas acusaciones, y batallas en que se está desenvolviendo últimamente. Este “movimiento” surge como una forma de acercarnos a una serie de informaciones “top secret” de algunos estados, ocultadas, silenciadas, bajo la etiqueta de la seguridad nacional, amparándose bajo dicha bandera con total impunidad todo tipo de acciones legales o no. ¿Qué ocurre cuando lo secreto deja de ser secreto?, ¿Qué ocurre cuando lo que saben unos pocos, pasa al dominio público?
Es un tema bastante delicado, y del que es muy complicado, sino imposible, extraer la certeza. Pero parece sencillo establecer un orden lógico de los acontecimientos que de forma natural se desarrollan. Partimos así de un “orden establecido”, o como dicen algunos, de un “status quo”, en el que vemos como algo lógico los secretos de estado, los servicios de inteligencia, el terrorismo de estado, la guerra preventiva, la manipulación de la información, la censura informativa, etc (“la propaganda”). Y de repente, se abre una ventana a la información, en el nombre de la libertad, la justicia, la libertad de expresión y todo aquello que se nos ocurra (“el ataque”, “la contrapropaganda” ). A mi, personalmente, lo primero que me ha sorprendido ha sido la reacción de los principales estados implicados (“la defensa”). No se han negado ni puesto en duda las informaciones, y si se ha hecho, ha sido sin la suficiente contundencia. Como dicen en mi pueblo, - “el que calla, otorga” - . Y posteriormente se pasa al siguiente mecanismo de “contrapropaganda” o “desinformación” (el marketing) y por supuesto, las amenazas. Ya que no se ha sabido o podido negar lo evidente, no parece mala idea desacreditar a quien nos ataca (en estos días ha sido encarcelado el fundador de wikileaks). ¿Quién no alberga alguna duda acerca de las acusaciones contra él? (vivimos un mundo de “marketing” y “propaganda”, en el que se han desenvuelto todo tipo de guerras y conflictos sociales, políticos y militares).
Y ya que no lo hacen ellos, nadie, nos podemos detener un momento a pensar en lo que ocurre, y me hago tres sencillas preguntas: - ¿Qué es lo que se ha publicado? -. - ¿Por qué se ha publicado? -. - ¿Qué es lo que no se ha publicado?.
¿En manos de quien estamos? Y no me refiero en este momento a Zapatero. Un alto funcionario se enfada y se dedica a difundir los entresijos de la diplomacia norteamericana. Y peor es enterarse de los cuchicheos que corren por los mentideros diplomáticos (conversaciones que a menudo dan vergüenza ajena). Pero está muy claro que esto no acaba aquí. Y me atrevo a aventurar cuales pueden ser los siguientes pasos. Una vez enaltecida la capacidad noqueadora de wikileaks, ¿por qué no utilizar ese poder? Al menos, una parte de ese poder capaz de poner en jaque a gobiernos y diplomáticos de medio mundo. Pasar de ahí a la manipulación, la extorsión, etc, es dar un paso muy corto. ¿Es cierto lo que se dice a favor de wikileaks? ¿Es verdad lo que se dice en contra? ¿qué campaña de propaganda saldrá victoriosa? ¿Se alcanzará un nuevo “status quo” o se volverá al que todos hemos asumido? ¿Cuánto tiempo se tardará en frenar este avance?
Son muchas las dudas que me asaltan cada vez que escucho una noticia relacionada. Y siendo sincero, no soy capaz aún (no se si algún día lo seré) de encajar todas las piezas. Quizá la “desinformación” está consiguiendo imponerse. Al final sigue siendo cierto que es muy importante el poder que recae en quien tiene la información. ¿Es ésta la nueva guerra fría? “Disfrutémoslo” mientras se pueda.